viernes, 11 de noviembre de 2016

11 · 11

Soy Miguel Torres, comencé a escribir aquí el 11 · 11 · 11 desde una computadora en una de las habitaciones sin ventanas de la planta baja del Palacio de Minería, entonces trabajaba en el posgrado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México. Hoy, 11 · 11 · 16 escribo desde una pequeña oficina con grandes ventanales del cuarto piso del edificio B de la Facultad de Medicina, Ciudad Universitaria, misma Universidad, diferente ordenador, quizá el mismo clima y el mismo día gris de hace 5 años, cuando inspirado por una novela de Roberto Bolaños, una canción de los Fabulosos Cadillac y el viaje a Lima, provocaron la primer entrada en este blog.

¿Qué ha sucedido desde entonces?

Más viajes, más viejo, más amor y más desamor y más amor del bueno y más versos y más cervezas noqueadas por mi hígado, y más paisajes borrosos y más días de lluvia y más días perdidos y más poemas escritos y menos cabello en mi cabeza y menos verdad en mi rostro y más suciedad en mis ojos y menos culpas en mis manos y un cúmulo de emociones conjestionadas en mis pulmones y una mancha roja en el corazón y más batallas ganadas sobre la cama y menos en el quirófano y más vidas regaladas y más vidas prestadas y más vidas ausentes y menos memoria en el disco duro de mi tálamo hipotálamo y más noches largas y más citas textuales y más errores ortográficos y más sueños stereo y menos paseos inmorales y menos cancines cantadas con el viento y más estrellas fugaces y cigarros apagados y piscos secados y labios oro rubí encendiados y menos películas mudas b/n y más a color y en 3d y 4d y más velocidad por las noches y menos puentes y persecuciones por neza y más alcoholimetros esquivados y más alcoholicos amigos y más noches frente a la playa y más contelaciones borradas con el lapicero de mi dedo índice a puntando al cielo y más cuartos de hotel olvidados en Jesús María y más recuerdos del mar y menos cervezas Pilsen y más gente en el metro y en el metrobus y en los museos y en la plancha del zócalo y en todas partes y más vacíos que dos no pueden respirar y más sueños merecidos y más trayectorias sin final y más placer sobre nuestras miradas y más tu y menos yo y menos soledad y tragos olvidados y peleas con nadie y menos diálogos y menos textos y menos distancias y más neblina y más [sin]razón y más deciciones sobre el tiempo y más olvido y más espera y más indiferencia y más espacio y más después y más historias y menos finales y más entradas [50] en este blog que no sé si alguien lea o le importe leer o nodejedeiportarlesihayalguienqueescribeenel.

"después de todo uno nunca deja de ser un gran don nadie. y está bien."
R. Israel Miranda

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