lunes, 28 de julio de 2014

12:30

Mi chica siempre sale a fumar a las 12:30 como un reloj suizo se alista con el encendedor y sus Delicados en la mano. Yo la espero sentado en el otro extremo del mundo con un café pasado y una cometa roja, a veces no tengo plata, ni jato, ni avión privado, a veces llevo unos soles para comer o para vivir, para ir al cine o para una cerveza, o dos, o tres. Vivo despreocupado de las cosas materiales, salvo de los libros que buscan donde vivir y calentar con aventuras y desdichas la soledad de una habitación en la costa del Pacífico Sur.

Hoy en el supermercado compre por mil sueños un barco que surca las estrellas aunque no exista ninguna de ellas, mi navío es la única embarcación que no se hunde si una ballena la atraca sobre las nubes o la tripulación esta en huelga o se va de vacaciones, mi acorazado surca los siete mares, pero le gusta embarcar siempre en los mismos ojos color avellana, sus velas son de papel y por mástil lleva un bolígrafo que escupe tinta china, en la cubierta siempre hay lugar para dos y a las 12:30 mi chica siempre sale a fumar, como un reloj suizo se alista con el encendedor y sus Delicados en la mano, yo la espero sentado a vapor con una botella de whisky y una brújula por corazón.