miércoles, 13 de noviembre de 2019

Mientras Espero el Metrobús

Me pongo a pensar en esos amores perdidos en una aula de clase, en una oficina gubernamental o en el rincón de una cantina o una interminable juerga. Amores de un par de días o de un par de horas o de una sola noche. Insociables, reprochables, transitorios, sin compromiso de ningún tipo. De una incomodidad, remordimiento y fealdad tal, que son irrecuperables, tan subversivos, que son recluidos en el recóndito y oscuro sótano de la memoria. Amores tan terribles y condenados, que deben de estar tramando en algún lugar oscuro y silencioso una venganza atroz.

jueves, 28 de marzo de 2019

Odisea Espacial

Though I’m past one hundred thousand miles
I’m feeling very still
And I think my spaceship knows which way to go
Tell my wife I love her very much
she knows.

DAVID BOWIE

19:33 h
La pequeña tina de baño es el océano para Emilio,
aunque su madre lo sostiene como si de su cuerpo
surgieran miles de tentáculos que lo mantienen a flote,
me preocupa que nade sin escafandra;
aborrezco la idea de generar temor frente a él,
más cuando parece tener todo bajo control,
más cuando su ansiosa necesidad de sobrevivir
lo lleva directo al pecho de su madre


20:17 h
un poco de lluvia cae sobre el mundo,
abrazo y beso a Emilio antes de que la noche
active sobre mí ese maldito chip que me desprograma
como si la cuenta regresiva del despegue estuviera en marcha


23:03 h
desde aquí,
sentado en una lata de aluminio
mucho más lejos / por encima del mundo
el planeta tierra es azul
y no hay nada que pueda hacer
más que contemplarla a lado de Emilio,
ambos flotamos y vamos directo a su madre
que nos espera con los brazos abiertos como dos
grandes mangueras hidráulicas que nos envuelven
dentro de la cuna, Emilio gime intranquilo,
de momento comienza a llorar
la reacción inmediata de dos cuerpos entrelazados
al borde de la cama es saltar de inmediato a su rescate,
aunque yo sólo puedo custodiar la mágica relación de un
mamífero con su cría, hasta que el peso del sueño como un
imán, vuelve a generar sus efectos sobre mí

03:27 h
Aunque ya he pasado de las cien mil millas por hora
me siento muy quieto,
a pesar de que miro al mundo rotar al revés
pienso que puede ser el efecto del mar
girando en el otro extremo del hemisferio
o desde la tina de Emilio,
a pesar de ello,
creo que mi nave espacial sabe qué camino tomar,
puedo sentirme tranquilo de abandonar esta galaxia,
–dile a mi esposa que la amo mucho, me digo a mí mismo
–ella lo sabe, me contesto
escucho una voz desde lo profundo de mi inconsciente
–¿Puede oírme, Comandante Tom?
–¿Puede oírme, Comandante Tom?
pero no logro entender completamente lo que sucede
hasta que la trasgresión me envía de vuelta a la tierra
–otro pañal, pásame otro pañal
salgo disparado de la cama y procuro las provisiones
necesarias para socorrer el incidente,
después de unos minutos todo permanece inmóvil,
misión cumplida, hemos logrado detener el caos una vez más

05:00 h
la Anatomía de Grey desde el televisor no puede responderme
¿por qué mi cabeza zumba como si viviera dentro un
mosquito? o ¿por qué Emilio concilia un sueño tan profundo
mientras su madre y yo damos vueltas en la cama como
si corriéramos un maratón? o ¿por qué hay pañales por
todo el piso como si hubiesen caído de un árbol frutal o se
reprodujeran por generación espontánea?

05:59 h
Nada mejor que una pastilla de proteína
y ponerte el casco para reiniciar el vuelo
–Control en tierra a Comandante Tom,
–Control en tierra a Comandante Tom,
comenzando cuenta atrás / motores encendidos
comprobando el arranque / que el amor de Dios
esté con nosotros

Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno…

Emilio despierta como King Kong
en búsqueda de un rascacielos

¡Despegue!

y un nuevo día está frente a nuestros ojos desvelados,
los que irradian la energía que combustiona Emilio cada vez
que nos sonríe.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Búfalo Salvaje

I
Fue tan árido
que abrió una zanja oscura
entre mis ojos
y me dejó temblando,
con los labios resecos
y el cuerpo roto



II
El siguiente fue tan seductor
como de caída libre
de una muerte asfixiante
con finales blasfemos,
nació con la suerte
y se borró después
entre gemidos bifurcados



III
Otro fue tan oscuro
como de tiniebla pantanosa
de melodía suicida
me extendió los infiernos,
me llevó al psiquiatra
pero nunca me regresó



IV
El sucesivo fue un rival de trapo
me hizo entender un sinfín de cosas
decir un sinfín de cosas
salir bien en los exámenes
tragarme la vergüenza
escuchar su llanto
dejar el trago y volver al trago
ser fantasma ambulante
sombra de cine
bomba de tiempo
un verso aventado a su suerte



V
El consecutivo
tuvo despedidas constantes
noches de juerga / arrebatos totales
que hundieron al océano en la oscuridad,
fue un búfalo salvaje
que me miró a través de una lente
con sus ojos de filtro / de luz solar,
para hacerme llover a cántaros
mantenerme imprudente
volverme planta carnívora
en medio de la selva con hambre,
hizo mi vida un desastre
enmudeció mis sentidos
me dejó sin aliento
me volvió furia abstracta
un animal violento
atado a su cuerpo,
el que cruje cada noche
mientras profanamos el silencio.

domingo, 11 de noviembre de 2018

Caja Torácica

Últimamente siento que algo va a reventar dentro de mí, algo que golpea mi caja torácica y hace que mis glándulas internas pierdan su tejido noble de secreción, para llenar sus cavidades con tejido conjuntivo intersticial; algunas veces siento mareo, algunas otras, náuseas, otras tantas un latir en el pecho que me sugiere ir de inmediato a las teclas de una computadora o desenfundar el móvil y textear la nada o algo que puede ser parte de un buen verso o un poema, si llego a tener la ambición y no la cobardía de tomar distancia. Pero a decir verdad, es en la mayoría de estas ocasiones, que la misión no suele ser concretada, simplemente porque se me entumece el corazón o los dedos o el cerebro o porque la caja torácica se queda sin cuerda antes de llegar a la página digital o porque la vida es caprichosa y pone un sinfín de condicionamientos y obstáculos previos a esta acción. Por ejemplo, alguna reunión con el jefe, contestar mensajes atrasados, enviar un e–mail, pedir comida para el almuerzo, enterarse de alguna noticia intrascendente, leer el diario, echarle un ojo o postear en las redes sociales o cualquier otra pendejada por el estilo. Porque uno pensaría que es muy fácil sentarse frente al monitor y digitar poemas o algún texto que tenga sentido, como éste. Y es que la misión tampoco se vuelve más fácil cuando estás en el metro, en el autobús, manejando o cuando llegas a casa y piensas que la tranquilidad estará de tu lado antes de que el teléfono suene, o la cena esté lista o tengas que pasar tiempo con tu hijo o tu esposa o tus padres u ocupándote en actividades cotidianas como coger, dormir, soñar o pensar en las cuentas que hay que pagar ¡No, damas y caballeros! Escribir un poema no es fácil, aunque se tenga la intención, aunque se te rompan las tripas por hacerlo, aunque la necesidad sea más que nada en el mundo, uno tiene que buscar la forma de lograrlo y no morir en el intento.

Yo, de entrada, tengo que abrir un libro cualquiera, leer un fragmento del periódico, la cartelera de cine, un libro de anatomía o psicología o quizás el texto más idiota o anodino, ya que de lo que se trata es de forzar la inspiración. Este mismo texto ha surgido a partir de la idea de una caja torácica por dar otro ejemplo. Luego hay que exprimir literalmente el cerebro, balbucear, ponerse grosero o irreverente, beber algunas cervezas, pensar en imposibles. Se hace poesía para fastidiar a la gente. Es un buen principio. Una vez en plena desesperación, asqueado de todo, quedan algunas palabras, es entonces cuando se mira por la ventana y se siente que la cabeza está a punto de estallar, en dado caso, es mejor seguir bebiendo cerveza o quizá un buen mezcal o un whisky. Quizá entonces algunas buenas líneas fluyan o todo de una buena vez se vaya al carajo.

A veces hasta puede salir un buen poema de un tirón, como cuando nos liberamos de una camisa demasiado ajustada o de un amor tormentoso. En algunas ocasiones es inevitable caer en un estado melancólico de primer o segundo grado, según las emociones. El vacío se hace en uno mismo y alrededor de uno mismo, no se equivoquen. De tal forma que escribir poemas puede arruinar la vida o dejar a uno sin amigos o vida social o pareja o dinero, pero no importa, porque uno puede arruinar su vida con el único consuelo de no haber servido de entretenimiento banal de los idiotas y haber cedido a los caprichos que provienen del interior de uno mismo, de ahí dentro, de ahí donde proviene ese ruido eléctrico cardíaco que custodia la maldita caja torácica y que en mi caso, me provoca escribir.


Ciudad de México, Julio 2018.

martes, 9 de octubre de 2018

Las Ventanas Abiertas Ya No Dan Al Cielo

Es verdad, que en algún momento dejé de crecer 
y comencé a morir
y la vida se aceleró / y se aburrió / y se modernizó
y estuve dispuesto a saltar en cualquier instante
hacia la agonía de mi imaginación

fue entonces que las paredes se estrecharon
y el cenicero dejó de atiborrarse de bachitas,
y los latones de cerveza
ya no marcharon como fichas de ajedrez
hacia la basura

fue entonces que el tejado obligado
y las columnas llenas de responsabilidad
ocuparon el lugar 
que antes habitaba
el desquicio y la despreocupación

el deseo desenfrenado 
y el mareo del itinerante borracho 
que me despertaba 
en medio de la oscuridad 
con los bolsillos llenos de centellas 
y un firmamento encendido 
y el corazón rabioso 
y las vísceras quemadas por placer; 

ahora esa parte de mi vida se está desvaneciendo, 
ahora las ventanas abiertas ya no dan al cielo 
ni a la luna decrépita / ni a una perturbada constelación 

ahora un torbellino de cenizas 
me ha arrebatado los tendones 
y me ha dejado fatigado 
enfermo de tanto ver llover, 
silenciado entre los murmullos 
de mis pulmones palpitando

es ahora,
en medio del horizonte color té,
que me postro frente aquella puerta que está entreabierta en las entrañas de uno y por la que han pasado como un flash back los rostros que admiré, que odié, que amé, que envidié, que desprecié, los rostros que protegí, los que arranqué, de los que me defendí y busqué vanamente dentro de este tórax que ya no es mío, si no de la ausencia de los amores que he calcinado en él, porque es verdad, que en algún momento dejé de crecer y he comenzado a morir.

miércoles, 29 de agosto de 2018

Sin Título

Eres el tiempo, una mirada,
el inicio de esta diminuta eternidad,
un sueño amarrado a mi pulgar de 24 cuadros por segundo.

Deambulas como las luces de los autos sobre el Eje Central,
como mosquitos fluorescentes
que pican mi consciencia desatinada.

Soy hombre inexacto
que escapa del inicio de un verso eterno
que explique porqué no se puede encontrar siempre
un título elocuente
mientras espera para cruzar la avenida.

Prefiero que el olvido
me robe este insignificante pedazo de existencia
que se colapsa entre el color ámbar del semáforo
y la luz verde reflejada en tus ojos de auxilio
que se pierden en otra dirección.

jueves, 9 de agosto de 2018

Bordes

[ … ]
y por eso rebuzno entre los que aúllan
y me silencio entre los que cantan

XOLOTL MÉNDEZ ZENTENO



En el año 2011 después de mi primer viaje a Lima, Perú, conocí la novela de R. Bolaño Los Detectives Salvajes. En 2012 llegué hasta la tumba de aquel Ulises Lima de la novela realviceralista. Días después, en un homenaje al propio Mario Santiago P. en un bar probablemente ya extinto de la colonia Santa María, conocí a R. Israel Miranda. Desconocía por supuesto, de su actividad poética y su quehacer con el Taller de Creación Literaria En el Borde – Líneas y Versos para Incitar al Vuelo.

En octubre o noviembre de 2013 recién desempacado de mi segundo viaje a Lima, ingresé a mi primer Taller de Creación Literario En el Borde, en el ya extinto Red Allende del centro de la Ciudad de México. Mis primeros poemas fueron publicados ahí en la edición número IX. Semanas después, comencé el segundo taller en febrero de 2014 pero no lo concluí ya que realicé el tercer viaje a Lima. A pesar de ello, nuevos poemas escritos entre Ciudad de México y Lima aparecieron en la edición número mi edición favorita hasta ahora, si se me permite el atrevido comentario.

No volví al taller sino hasta agosto o septiembre de 2015, cuando volví del Perú, el taller se había mudado para entonces al Dada X de la Avenida Cuauhtémoc, nuevos poetas se habían sumado al movimiento y otros menos, ya no aparecían tanto. La publicación número XVI - XVII del taller muestra mi regreso a la ciudad moustro, a la ciudad carnívora, a esta ciudad [L]CDMX. Si no mal recuerdo, la presentación de esta edición se llevó a cabo en un lugar inédito para mí, El Jerónimas, café restaurante, bar, de la calle homónima en el centro de la ciudad. También recuerdo, que aquella noche de tragos y caladitas de cigarro, R. Israel Miranda me propuso hacer un movimiento, acompañado de un manifiesto que nos declara como tal y el cual, había sido una de mis primeras intenciones cuando llegué al taller en el 2013. Pero para éste momento, la idea de conformar un manifiesto no me alegraba del todo pues se defendían muchas cosas y existían muchas voces y muchas propuestas, unidas todas por la única intención de permanecer en el Borde, siempre en el Borde. Así que esa misma noche sólo pude contestarle a R. Israel Miranda, que ya lo había hecho todo, ya había formado a los del Borde.

A finales de ese 2015 el propio R. Israel Miranda me invitó a presentar el Diario Gris(mi primera publicación totalmente independiente realizada en Lima) en la Feria del Libro del Zócalo, aquí un fragmento del texto de presentación:

Por aquellos indescifrables azares del destino, volví a tomar un avión y una tarde en Buenos Aires, mientras nuestros ojos se embriagaban en litros de cerveza Quilmes, Ana María (Alexis Alvarenga) me preguntó: ¿Qué era lo que más extrañaba de México? No supe qué contestarle, tal vez nada, tal vez todo, tal vez las tardes enfurecidas en las que iba con los del Borde y bebía versos como un salvaje extraviado bajo una lluvia neumónica del D.F. con la conciencia de un perro que ladra siempre a la misma hora / sostenido por la botella de licor / que no se llevó el mar / que no llevó ningún mensaje / que se fue al bote de basura / junto con mis tristezas.

Para la publicación de los talleres XVIII - XIX lograron colarse algunos de mis textos también. La presentación de aquella edición, fue en un lugar llamado El Impulso me parece, cuyas puertas creo recordar también, cerraron días después de la presentación. En abril de 2017 ingrese a mi último taller hasta entonces, sede: El Jerónimas. Después de eso volví a la vida cotidiana de la ciudad, de la familia, de la burocracia, de la monotonía y agitación de la ciudad, de lo tedioso y recreativo del trabajo y de los asuntos del amor absoluto. Hasta que un día aparecí en La Faena (cantina museo del centro) con el tan esperado manifiesto, que por si acaso, resultó un rotundo fracaso, ya que como lo esperaba, no podían mis letras abarcar tantas cosas, tantas voces, tantas intenciones y razones de existir entre un verso furioso y la incitación al vuelo que debe defender cada uno para seguir aullando o rebuznando en mi caso. 

Fue así que ese manifiesto con el tiempo se volvió otra cosa, algo parecido a mi Tórax quizás. Y fue así también, que a finales del 2017 en este ir y venir, apareció una publicación auspiciada por un buen samaritano de las artes trágicas o gráficas y edité el Dualidad (mi segunda publicación realizada también de forma independiente), con poemas procedentes del taller y un epílogo provisto de ingenuidad. Con esa edición elaboré un logotipo que intentaba por una parte, identificarme como Border a través de la idea de los BORDES y por otra, definir la postura de esta mancha, de esta manada o parvada que puede seguir defendiendo el verso a cada trago, a cada aullido y de la cual, no pretendo ninguna otra cosa sino que siga andando conmigo o sin mí, porque por ahora, lo único que me puede seguir definiendo, son estos bordes.







NOTA FINAL

El pasado 4 de agosto del 2018, se realizó la presentación de los talleres XXII – XXIII en El Capi Carmona de la colonia Moctezuma. Llegando así, de forma gustosa a mi quinta publicación en medio de brindis, versos / conflictos y choques de tarros con viejos y nuevos amigos con los que siempre se puede seguir en el margen, en el borde o en el aullido constante.   

miércoles, 21 de marzo de 2018

Azul

I
Sé que la salvación no está en el fondo del vaso
ni del esófago / ni del cartílago cricoides de mi laringe


en el fondo del vaso hay oxígeno / desechos y palabras
que convulsionan por el anhelo de exponer algo
que está cerca de ser un poema / o una emoción
o un deseo azul que circula por mis arterias
y se desplaza como un cohete
entre la constante oxidación del CO2
que envenena mi cuerpo
para volverlo un perro viejo,
dueño de un corazón insolente
o un estruendoso ronquido
que erosiona mi neurosis cada tres minutos
mientras el vientre de Alexis crece cada noche un poco más.


II
En el fondo del vaso, hay otro vaso
y un Jesús en la boca
y unos ojos que me miran como si fuera una estrella distante.


III
Es en el fondo del vaso, donde casi siempre
no hay un poema / o una emoción
sino un deseo azular infinito que restablece todo el caos
que llevan mis días,
antes de que un cuerpo nuevo advierta mi muerte
o el trilce deseo de volverme fuego imperecedero
una mañana de mazo mientras espero que Emilio nazca con la lluvia.


IV
Descubrir el fondo del vaso trae la anestesia del tiempo,
imágenes borrosas de 24 por minuto
la ansiedad del viento,
que me revuelca hasta el corazón del carbón hirviendo
dentro de una máquina complicada, costosa
hecha de sueños y espíritu y mierda y aire
y el irremediable deseo de ver al mundo hundirse sin remedio,
condenado a una muerte por inanición.


V
Más allá del vaso está el páncreas y la intangible sensación azul
de ser un negativo fotográfico, que está a punto de ser revelado.

viernes, 9 de febrero de 2018

Nada

Cemento y el trombón,
tromboso,
tose,
carraspea,
amablemente obsequia misas de difunto,
cuerpo ausente de mujer amada,
pedacito de cal,
buen ron para ir con gusto a los velorios.
MAX ROJAS
Nada,
ni un buen pensamiento
esta mañana de tres grados
bajo cero / bajo lluvia / bajo cascajo

nada que habite mis pulmones
y los haga agujero negros

nada de arsénico por las arterias
o de escalofríos nocivos
o de dolor en el ventrículo izquierdo
de este órgano pertrechado

nada del viernes en lunes
ni de la ausencia de la rabia por perderlo todo
un día de invierno en altamar
mientras sueño que puedo soñar con la nada
desmembrada en traguitos de mezcal
con cemento y el trombón,
  tromboso,
               que tose,
                          y carraspea,
sobre occisos que andan en pleno sol raquítico
como si no supieran de zombis en la estación Buenavista,

hoy no tengo nada,
ni aristas en mi decálogo de tragedias
ni sombras que me hostiguen en cada esquina,
nada de silencio en esta ciudad de piedra que ruge escombros
nada – te digo – bajo la constelación de luciérnagas
que se trepan en mi cuerpo
para amablemente obsequiar misa de difunto
mientras ando náufrago
un día que no tiene nada,
ni olvido entre los dientes
ni alas para romper el oleaje
ni un cuerpo ausente de mujer amada,
ni un pedacito de cal,
ni un buen ron para ir con gusto a los velorios
y mirar con ganas
la descomposición de un cuerpo
que bien podría ser el mío, tumbado
disecado por la excentricidad que me atormenta,
como si no tuviera algo más importante que hacer
esta mañana en la que no tengo nada, ni siquiera en qué pensar.