viernes, 13 de octubre de 2017

Alexis

"We're reeling through an endless fall"
BAND OF HORSES

Alexis es la oxidación de mis ojos
un aeroplano que cicatriza el cielo
el sueño que se sumerge en ácido
la distancia equidistante entre la noche
y un poeta invisibilizado del tercer mundo

Alexis puede crear las constelaciones en su vientre
dejar sus miedos olvidados en el saco azul
cocinar sin mirar los ingredientes
dormir todo un día
congelar sus manías
enlatar los planetas
volar para alcanzar la hora cuando vamos tarde
dibujar con un relámpago la gravedad de mis tristezas

Alexis sabe como prender el sol
sumergir un submarino a la mitad de la cama
ronronear con la garganta
degollar al más incauto
hacer flotar mi terquedad con un sólo suspiro

Alexis sabe desarmarme con una sola gota de sal
buscar mi inconsciente en un cajón lleno de náuseas
ser luciérnaga con insomnio
la canción más bella
el capricho que altera todos mis demás placeres

Alexis puede ser un segundo de caos / o de sosiego
o de rabia / o de incertidumbre
y aún así seguir ardiendo antes de irse a dormir

Alexis huele a noche estridente / a rojo carmín
su cuerpo sabe a otoño / a densa neblina

Alexis es la oscuridad de Buenos Aires
la humedad de Lima
el tráfico de México
el último / último trago
la desolación dividida
un abismo que puedo hacerme morir
con los ojos abiertos
mientras estranguló las estrellas.




miércoles, 4 de octubre de 2017

La Suave PatRIa

“Diré con épica sordina:
La Patria es impecable y diamantina”
RAMÓN LÓPEZ VELARDE

El pintor argentino Fernando Fader (1882-1935) estaba convencido de que para definir a una nación, el verdadero arte era el paisajismo. En este contexto, José María Velasco (1840-1912), Dr. Atl (1875-1964) o Luis Nishizawa (1918-2014) serían, en definitiva, algunos de nuestros mejores exponentes nacionales, a pesar de que la cultura contemporánea mantenga como vanguardia y punto de referencia artística al muralismo mexicano; movimiento cultural que nos brindó sobresalientes caudillos y maravillosas obras, particularmente durante las primeras décadas del siglo XX.
El arte es la conciencia de un pueblo. Pero así como no hay comunidad sin arte, tampoco surge el arte si no existe una convivencia entre distintas personas en un suelo común. El estilo paisajista mexicano, iniciado por los artistas viajeros del siglo XIX, fue retomado en cierta medida por los movimientos nacionalistas durante el cambio de siglo para construir una identidad desde los orígenes de la tierra. No es casualidad por ello, que los autores dedicaran una parte importante de su obra a la representación del paisaje; retratos exclusivos de volcanes, montañas, ríos y valles describieron entonces el rostro geológico, filosófico e histórico de México.
El pasado 15 de septiembre (fecha de la independencia mexicana, conmemoración que de lo festivo ha desplazado a lo simbólico), se celebró en Ladrón galería, ubicada en la colonia Buenos Aires de la Ciudad de México, un happening que oficializó e inauguró la muestra Patria, impecable y diamantina, del artista multidisciplinario Santiago Robles (Ciudad de México, 1984). La curaduría, realizada por Christian Barragán (Ciudad de México, 1985), incluye un mural público —dispuesto en las cercanías de la galería,  esquina de las calles Solis Quiroga y Bolaños Cacho— que le otorga un giro semántico a la obra del poeta mexicano Ramón López Velarde. Con el propósito de generar reflexiones y contrastes históricos en torno a la idea de nación, la obra procesal y cíclica —realizada de forma colaborativa entre rotulistas y artistas de la zona— procura mantenerse en el eje de una esquina urbana destinada al desecho de basura, de la acumulación de ésta y de su abnegada desaparición, de su limpieza constante y de su nuevo inicio cada día que pasa y que genera una nueva acumulación de basura en dicha esquina.  

Cabe recordar que la colonia Buenos Aires —originalmente hogar de un gran número de fontaneros y vendedores de herramientas— a partir de los años 40, con el auge del automóvil y los oficios relacionados con éste, se transformó en un barrio asociado a la venta de autopartes. A partir de la década de los noventa, la colonia comenzó a llamar la atención de artistas debido a la carga simbólica que adquirió, pues se trata de una zona relacionada con una cultura trash de uso y deshecho, tan común en las democracias actuales. Con el tiempo, surgieron asociaciones contraculturales hasta que recientemente se instauraron espacios artísticos de autogestión.
Con un estilo que nos remite a la cultura subterránea, y a la vez con el uso de los colores patrios, la pieza a muro presenta el verso 'Patria, impecable y diamantina', de López Velarde, junto al busto de éste en alto contraste, como si la tinta con la que fue elaborado comenzara a escurrirse por el muro que lo sostiene, haciendo alusión quizá al deslave de los falsos ideales con los que se ha construido este país.
Para actualizar las condiciones y características descritas en La suave patria, Santiago Robles y el poeta Benjamín E. Morales (Ciudad de México, 1984), intervinieron fragmentos del poema —los cuáles se presentan en el interior de Ladrón—, resaltando letras que al leerse juntas forman palabras relacionadas con distintos contextos modernos del país: CORRUPCIÓN / NARCOTRÁFICO / DESAPARECIDOS. Es evidente que después de un siglo, Robles no hace referencia a montañas, valles o ríos para resaltar las características de un arte nacionalista. En cambio, utiliza el verso para hacer hincapié en los fallos que hemos tenido como nación para integrarlos con los ideales de una figura icónica —la de López Velarde— y proponernos una variable dentro del arte colaborativo que ha venido desarrollando en los últimos años. Es quizá en este nuevo contexto que podemos ver la intención del artista por juntar e involucrar a un público amplio, al barrio, a los artistas y a los versos para organizar un anti-grito proclamando: ¡Viva Monsanto! ¡Viva McDonald’s! ¡Viva la sangre! ¡Viva la corrupción!, nombrando así ¿lo que no somos, no nos representa o define? Permitiéndonos recordar que ahí sigue nuestra cultura, como nuestros artistas o poetas (revolucionarios/marginados) como nuestros espacios públicos y muros (algunos olvidados, ignorados, devorados por la publicidad o las campañas políticas, destruidos por los sismos o tapados por la basura). Pero la mayoría, listos para plasmar las grandes ideas, fantasear, unir, parafrasear, convertirse en nuevos paisajes o en nuevos versos, generar un ideal contemporáneo de nación, de patria impecable y diamantina lugar, de expresión para cada uno de sus ciudadan@s y por cada una de sus calles.