miércoles, 29 de agosto de 2018

Sin Título

Eres el tiempo, una mirada,
el inicio de esta diminuta eternidad,
un sueño amarrado a mi pulgar de 24 cuadros por segundo.

Deambulas como las luces de los autos sobre el Eje Central,
como mosquitos fluorescentes
que pican mi consciencia desatinada.

Soy hombre inexacto
que escapa del inicio de un verso eterno
que explique porqué no se puede encontrar siempre
un título elocuente
mientras espera para cruzar la avenida.

Prefiero que el olvido
me robe este insignificante pedazo de existencia
que se colapsa entre el color ámbar del semáforo
y la luz verde reflejada en tus ojos de auxilio
que se pierden en otra dirección.

jueves, 9 de agosto de 2018

Bordes

[ … ]
y por eso rebuzno entre los que aúllan
y me silencio entre los que cantan

XOLOTL MÉNDEZ ZENTENO



En el año 2011 después de mi primer viaje a Lima, Perú, conocí la novela de R. Bolaño Los Detectives Salvajes. En 2012 llegué hasta la tumba de aquel Ulises Lima de la novela realviceralista. Días después, en un homenaje al propio Mario Santiago P. en un bar probablemente ya extinto de la colonia Santa María, conocí a R. Israel Miranda. Desconocía por supuesto, de su actividad poética y su quehacer con el Taller de Creación Literaria En el Borde – Líneas y Versos para Incitar al Vuelo.

En octubre o noviembre de 2013 recién desempacado de mi segundo viaje a Lima, ingresé a mi primer Taller de Creación Literario En el Borde, en el ya extinto Red Allende del centro de la Ciudad de México. Mis primeros poemas fueron publicados ahí en la edición número IX. Semanas después, comencé el segundo taller en febrero de 2014 pero no lo concluí ya que realicé el tercer viaje a Lima. A pesar de ello, nuevos poemas escritos entre Ciudad de México y Lima aparecieron en la edición número mi edición favorita hasta ahora, si se me permite el atrevido comentario.

No volví al taller sino hasta agosto o septiembre de 2015, cuando volví del Perú, el taller se había mudado para entonces al Dada X de la Avenida Cuauhtémoc, nuevos poetas se habían sumado al movimiento y otros menos, ya no aparecían tanto. La publicación número XVI - XVII del taller muestra mi regreso a la ciudad moustro, a la ciudad carnívora, a esta ciudad [L]CDMX. Si no mal recuerdo, la presentación de esta edición se llevó a cabo en un lugar inédito para mí, El Jerónimas, café restaurante, bar, de la calle homónima en el centro de la ciudad. También recuerdo, que aquella noche de tragos y caladitas de cigarro, R. Israel Miranda me propuso hacer un movimiento, acompañado de un manifiesto que nos declara como tal y el cual, había sido una de mis primeras intenciones cuando llegué al taller en el 2013. Pero para éste momento, la idea de conformar un manifiesto no me alegraba del todo pues se defendían muchas cosas y existían muchas voces y muchas propuestas, unidas todas por la única intención de permanecer en el Borde, siempre en el Borde. Así que esa misma noche sólo pude contestarle a R. Israel Miranda, que ya lo había hecho todo, ya había formado a los del Borde.

A finales de ese 2015 el propio R. Israel Miranda me invitó a presentar el Diario Gris(mi primera publicación totalmente independiente realizada en Lima) en la Feria del Libro del Zócalo, aquí un fragmento del texto de presentación:

Por aquellos indescifrables azares del destino, volví a tomar un avión y una tarde en Buenos Aires, mientras nuestros ojos se embriagaban en litros de cerveza Quilmes, Ana María (Alexis Alvarenga) me preguntó: ¿Qué era lo que más extrañaba de México? No supe qué contestarle, tal vez nada, tal vez todo, tal vez las tardes enfurecidas en las que iba con los del Borde y bebía versos como un salvaje extraviado bajo una lluvia neumónica del D.F. con la conciencia de un perro que ladra siempre a la misma hora / sostenido por la botella de licor / que no se llevó el mar / que no llevó ningún mensaje / que se fue al bote de basura / junto con mis tristezas.

Para la publicación de los talleres XVIII - XIX lograron colarse algunos de mis textos también. La presentación de aquella edición, fue en un lugar llamado El Impulso me parece, cuyas puertas creo recordar también, cerraron días después de la presentación. En abril de 2017 ingrese a mi último taller hasta entonces, sede: El Jerónimas. Después de eso volví a la vida cotidiana de la ciudad, de la familia, de la burocracia, de la monotonía y agitación de la ciudad, de lo tedioso y recreativo del trabajo y de los asuntos del amor absoluto. Hasta que un día aparecí en La Faena (cantina museo del centro) con el tan esperado manifiesto, que por si acaso, resultó un rotundo fracaso, ya que como lo esperaba, no podían mis letras abarcar tantas cosas, tantas voces, tantas intenciones y razones de existir entre un verso furioso y la incitación al vuelo que debe defender cada uno para seguir aullando o rebuznando en mi caso. 

Fue así que ese manifiesto con el tiempo se volvió otra cosa, algo parecido a mi Tórax quizás. Y fue así también, que a finales del 2017 en este ir y venir, apareció una publicación auspiciada por un buen samaritano de las artes trágicas o gráficas y edité el Dualidad (mi segunda publicación realizada también de forma independiente), con poemas procedentes del taller y un epílogo provisto de ingenuidad. Con esa edición elaboré un logotipo que intentaba por una parte, identificarme como Border a través de la idea de los BORDES y por otra, definir la postura de esta mancha, de esta manada o parvada que puede seguir defendiendo el verso a cada trago, a cada aullido y de la cual, no pretendo ninguna otra cosa sino que siga andando conmigo o sin mí, porque por ahora, lo único que me puede seguir definiendo, son estos bordes.







NOTA FINAL

El pasado 4 de agosto del 2018, se realizó la presentación de los talleres XXII – XXIII en El Capi Carmona de la colonia Moctezuma. Llegando así, de forma gustosa a mi quinta publicación en medio de brindis, versos / conflictos y choques de tarros con viejos y nuevos amigos con los que siempre se puede seguir en el margen, en el borde o en el aullido constante.