miércoles, 29 de agosto de 2018

Sin Título

Eres el tiempo, una mirada,
el inicio de esta diminuta eternidad,
un sueño amarrado a mi pulgar de 24 cuadros por segundo.

Deambulas como las luces de los autos sobre el Eje Central,
como mosquitos fluorescentes
que pican mi consciencia desatinada.

Soy hombre inexacto
que escapa del inicio de un verso eterno
que explique porqué no se puede encontrar siempre
un título elocuente
mientras espera para cruzar la avenida.

Prefiero que el olvido
me robe este insignificante pedazo de existencia
que se colapsa entre el color ámbar del semáforo
y la luz verde reflejada en tus ojos de auxilio
que se pierden en otra dirección.

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