viernes, 9 de febrero de 2018

Nada

Cemento y el trombón,
tromboso,
tose,
carraspea,
amablemente obsequia misas de difunto,
cuerpo ausente de mujer amada,
pedacito de cal,
buen ron para ir con gusto a los velorios.
MAX ROJAS
Nada,
ni un buen pensamiento
esta mañana de tres grados
bajo cero / bajo lluvia / bajo cascajo

nada que habite mis pulmones
y los haga agujero negros

nada de arsénico por las arterias
o de escalofríos nocivos
o de dolor en el ventrículo izquierdo
de este órgano pertrechado

nada del viernes en lunes
ni de la ausencia de la rabia por perderlo todo
un día de invierno en altamar
mientras sueño que puedo soñar con la nada
desmembrada en traguitos de mezcal
con cemento y el trombón,
  tromboso,
               que tose,
                          y carraspea,
sobre occisos que andan en pleno sol raquítico
como si no supieran de zombis en la estación Buenavista,

hoy no tengo nada,
ni aristas en mi decálogo de tragedias
ni sombras que me hostiguen en cada esquina,
nada de silencio en esta ciudad de piedra que ruge escombros
nada – te digo – bajo la constelación de luciérnagas
que se trepan en mi cuerpo
para amablemente obsequiar misa de difunto
mientras ando náufrago
un día que no tiene nada,
ni olvido entre los dientes
ni alas para romper el oleaje
ni un cuerpo ausente de mujer amada,
ni un pedacito de cal,
ni un buen ron para ir con gusto a los velorios
y mirar con ganas
la descomposición de un cuerpo
que bien podría ser el mío, tumbado
disecado por la excentricidad que me atormenta,
como si no tuviera algo más importante que hacer
esta mañana en la que no tengo nada, ni siquiera en qué pensar.