miércoles, 13 de noviembre de 2019

Mientras Espero el Metrobús

Me pongo a pensar en esos amores perdidos en una aula de clase, en una oficina gubernamental o en el rincón de una cantina o una interminable juerga. Amores de un par de días o de un par de horas o de una sola noche. Insociables, reprochables, transitorios, sin compromiso de ningún tipo. De una incomodidad, remordimiento y fealdad tal, que son irrecuperables, tan subversivos, que son recluidos en el recóndito y oscuro sótano de la memoria. Amores tan terribles y condenados, que deben de estar tramando en algún lugar oscuro y silencioso una venganza atroz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario