El invierno revolcó tu ausencia
estornudo de enero en tus cabellos
hojas secas
que desgarran frutos en tonos dorados
tus colores.
Hundidas bajo las palabras
luciérnagas fluorescentes
custodian mi conciencia
fantasma de humo denso
que persigue al ómnibus
como una sombra en el techo
de una habitación que resguarda
nuestros cuerpos
descompuestos [ poseídos ]
excitados por las madrugadas
de Buenos Aires.
Tango en tus caderas
tango entre tus muslos
entre tus senos
en tu vagina incendiaria
desesperación silenciosa
de las auroras boreales
que se consumen entre un cigarro
el vino descorchado
y lo negro de tus párpados
que llevan mis estrellas a la mar.
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