A la pregunta ¿cuánto has amado? es mejor hacer, como si se hubiera terminado la chela e ir por más. O en mi caso, escarbar en lo más oscuro e impermeable del corazón para indagar los acontecimientos que me han aproximado al término amor o pasión o lo que considero, un Búfalo Salvaje.Por ahí de finales de 2019 me puse a escribir y escribir y escribir todas las noches, sobre muchas cosas y nada específico a la vez; sobre todo, mucha prosa. Llegué a tener más de 100 textos, más o menos acomodados por temas, con la finalidad de publicar mi primer libro con el Taller De Creación Literaria. Antes, mi gran amiga Blanca Furber había revisado gran parte de los escritos y habíamos hecho mucha corrección de estilo y algunos acomodos tentativos de los relatos y poemas. También antes, le había mandado todo el manuscrito a mi carnal Gerardo Castillo para que me diera sus opiniones. Una tarde, en una pizzería del centro de la Ciudad de México, me dijo que tenía para publicar dos libros en lugar de solo uno. Con ello en mente, separé los textos que a la postre se convertirían en el NUNCA APREDÍ A ESCRIBIR POESÍA (Editorial Taller de Creación Literaria / 2020) y el resto, volvieron a manos de Blanca Furber quien me sugirió dividir el libro en dos secuencias. Después, le pedí a Nuria Cano (de Lima, Perú) que me ayudara con algunas ilustraciones para los forros y el interior del libro. Desde entonces se quedó como BÚFALO SALVAJE. Lamentablemente, una pandemia, los pocos recursos y una especie de capricho amoroso, hicieron que este libro que surgió como de un anécdota de: –¿pues cuántas novias has tenido? No viera la luz hasta hoy, que en forma digital, espera que un día sus textos se postren sobre la tersa textura del papel. Mientras tanto, ojalá les guste y sobre todo, recuerden como yo, las antiguas y nuevas épocas doradas de nuestra vida.
miércoles, 13 de noviembre de 2024
Historia de un Búfalo Salvaje
lunes, 11 de noviembre de 2024
Polos
estoy cerca de las rocas / la marea produce olas más fuertes
de pronto no siento la arena / el mar comienza a llevarme
tengo una terrible desesperación / creo que moriré
aprieto los párpados y el instinto de sobrevivencia actúa
me pregunto por qué me levanté de la cama
la lluvia salpica las ventanas y no se puede ver nada
te heredé el impulso de comenzar el día
queriendo ver imágenes en la pantalla
afortunadamente tu madre hace todo lo posible
por quitarnos ese horrible vicio
que no nos permite pensar qué hora es en el polo norte
un día platicaremos de cómo el tiempo avanzó
sin que nos diéramos cuenta
queriendo rebobinar la cinta sin poder lograrlo / pero no importa
porque no es tan malo permitirle que avance
y me convierta en algo parecido a un témpano de hielo
o a un testarudo cauce glaciar
que permanezca congelado en este objeto
que es más bien como el polo sur
recordaré también como me mirabas indiferente
al tomar cualquiera de mis libros que luego con sigilo inspeccionabas /
como si intentaras descifrar que me atraía de ellos
otro día te preguntarás quién era ese hombre
que escarbaba como agujeros las palabras
¿qué tanto escribía en la vieja computadora en lugar de irse a dormir?
¿por qué lo hacía con tanto apuro? ¿y para qué?
como si nuestro futuro pudiera resguardarse
en una caja fuerte esperando ser atracada
ni en el polo norte / ni en el polo sur / importa el tiempo /
puede ser cualquier hora
llenamos con colores los libros para iluminar / nos contamos historias
es bueno perdernos en la música / o en el arte
lo inesperado nos seguirá aconteciendo /
no te pierdas la posibilidad de explotar entre hilos
o de recordar este verano Gravity Falls [1] /
o nuestras importantes conversaciones de camino a la escuela /
recuerda las tardes en que nos tumbamos a mirar el televisor
sin que nada más importara / ni el trabajo / ni el clima /
ni las palomitas de maíz quemadas
me gusta que te guste el mar / y que construyas cosas con la arena
me divierte cuando esquivamos las olas juntos /
que nuestras huellas marquen un camino
que después se borra para hacer otro / y otro / sin dejar rastro
hasta que una ola revienta y nos revuelca
y veo en tu rostro una terrible desesperación
aún puedo rescatarte /
el instinto de supervivencia nos mantiene aquí
un día cruzarás el océano completo / y te esperaré en la orilla
apretaré con fuerza los párpados / e intentaré volver aquí
a esta playa en donde hemos pasado
el mejor día de mi vida.
Playa Bonfil, verano de 2022.