martes, 30 de agosto de 2016

Cometa

Mis desvelos permanecen
en pupilas que no saben
donde quedar sepultadas

quizá bajo los escombros
de lo húmedo y salvaje de tu sexo

quizá sobre esa bola de carne
que palpita en el pecho
y no me permite devorar más suspiros
bajo la bruma
bajo el anhelo vespertino
que ya no llevo puesto


ahora ya no necesito notas en mi cabeza
para archivar tus memorias


ahora un androide se desliza
entre el café instantáneo
y mis neuronas anestesiadas
por el virus que sofoca
lo ordinario de mis días

ahora este deseo [in]necesario
de que la tristeza me agujere
es un cometa que se aproxima
sobre la furiosa oscuridad
que es domada por nuestros gemidos

los que no olvidaron
olvidarse de nosotros.

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